Mimetismo, el fenómeno de las parejas que se parecen

Te has sorprendido con el fenómeno del mimetismo o parecido físico que muestran muchas parejas, no es solo una impresión sino que tiene una explicación científica.

Un estudio que fue realizado entre la Boston University School of Health y la Universidad de California reveló todo lo que se había analizado hasta ahora, los dos miembros de las parejas no solo empiezan a mimetizarse sino que fue precisamente ese parecido lo que les atrajo. Pura cuestión de genética afirmaron.

El concepto de mimetismo se emplea para hacer referencia a la propiedad que tienen ciertas especies de plantas, de animales, o humanos que son capaces de modificar su apariencia para parecerse a otros seres. El mimetismo les permite conseguir determinadas ventajas frente a otros especímenes que conviven con ellos.

Te has sorprendido con el fenómeno del mimetismo

En la antigüedad las personas elegían a sus parejas solo dentro de una misma comunidad. En muchos casos, aunque lejanos, podían tener antepasados comunes. Por eso, y durante muchas generaciones, la afinidad entre distintos miembros ha ido configurando una estructura genética común.

Involuntariamente, hay personas que buscan similitudes físicas con uno de sus padres. Sí, los rasgos que resultan familiares literariamente también atraen. Así que no es extraño si de repente te percatas que tu pareja tiene un rostro parecido al de uno de tus padres porque entra dentro de la normalidad.

Al pasar tanto tiempo al lado de alguien es normal empezar a imitar gestos y expresiones hasta el punto de que, aunque el parecido físico no sea tan evidente, termina por producirse el mimetismo. Incluso las personalidades terminan por ser muy afines.

Las principales razones del mimetismo

Son muy similares desde que comienzan a salir: Uno de los secretos del amor es que la gente parece intentar salir con personas que son parecidos a ellos de alguna manera, ya sea a nivel educacional, edad, forma de la cara o gustos. A esto se le llama apareamiento selectivo, y se usa para explicar por qué personas de cierto nivel educacional se enamoran de alguien que tenga el mismo grado por ejemplo.

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Comparten las mismas experiencias: Compartir una larga vida juntos y tener las mismas experiencias generan las mismas líneas de expresión en el rostro de cada uno, las parejas que han estado casados durante 25 años o más se han emparejaron y mimetizado de manera abrumadora.

empiezan a mimetizarse sino que fue precisamente ese parecido lo que les atrajo

Mientras más felices sean más se parecerán: Este fenómeno, llamado “mimetismo inconsciente” se conoce desde hace siglos, tomamos inconscientemente la entonación de las voces de nuestros amigos, o copiamos la postura de nuestro novio en el bar, por lo que al pasar tantos años de convivencia al lado de alguien incluso puede tornar tu rostro en algo similar al de tu pareja.

Ocurre en el subconsciente: Hay algunos rasgos que funcionan mejor en una relación cuando quedan equilibrados por un opuesto, pero en general lo que nos es familiar tiende a ser lo que nos gusta y lo que nos atrae, aunque no seamos plenamente conscientes de ello.

Dieta: Si comes lo mismo que tu pareja durante 20 años, es muy probable que acaben teniendo físicos muy parecidos. Una dieta rica en grasas generará rostros y cuerpos redondos en ambos.

Entorno: La exposición a los mismos factores ambientales, como puede ser el sol, generará un mismo tipo y tono de piel con el paso de los años. Del mismo modo, un entorno propicio para practicar deporte facilitará el hecho de que tanto la mujer como el hombre lo practiquen.

Predisposición: Se basa en la idea de que las personas tendemos a escoger como pareja a otras personas que puedan envejecer de un modo parecido al nuestro. Por ejemplo, las personas depresivas tienden a atraer a otras personas depresivas.

Empatía: Las personas tendemos a parecernos a nuestra pareja porque con el paso de los años empatizamos con su manera de ser, actuar y comportarse. Inconscientemente copiamos de nuestra pareja expresiones faciales como algunos gestos o una determinada sonrisa. Con el paso del tiempo esa forma de sonreír pasa a convertirse en la nuestra y ambos miembros de la pareja acaban sonriendo de igual forma.

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